Los efectos de la ganadería no sostenible
La ganadería es una actividad del sector primario que consiste en la cría, tratamiento y reproducción de animales con fines de producción para el ser humano. Es una de las prácticas más importantes, comunes y antiguas de la historia humana, y debido a esto se ha convertido a lo largo de los años en uno de los peores enemigos del medio ambiente. Las actividades ganaderas emiten cantidades considerables de gases invernadero, dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), que contribuyen de manera importante al cambio climático.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el sector ganadero genera más gases de efecto invernadero con el 18 por ciento (CO2), que el sector del transporte. La producción agrícola es el principal consumidor de agua dulce, pero la escasez de este recurso complica las cosas. Existe cada vez un mayor consumo debido al incremento de la demanda y la competencia por su utilización. Los problemas se le presentarán a los usuarios del agua, debido a la desigualdad en el acceso a los recursos hídricos, afectará especialmente a los pequeños agricultores, a la población rural pobre y otras poblaciones vulnerables.
Olga Lucía Mayorga, investigadora de Agrosavia, señala: “La ganadería representa un 65% de las emisiones de gases en el país. Tenemos un reto muy fuerte y hay que conocerlo y reconocerlo para posteriormente enfrentarlo. ¿Qué debe hacer el sector ganadero? Los rumiantes producen gases efecto invernadero; así también los efectos del manejo de suelos impactan negativamente el medio ambiente. El animal emite esto por deficiencias y mal manejo nutricional. Hay que conocer el sistema, tener un manejo adecuado de dieta y nutrición, utilizar sistemas alternativos de fertilización, conocer más sobre la utilidad de la tierra y si está en deficiencia, mejorarla”.
Los animales y sus secreciones emiten gases que contribuyen al cambio climático. De acuerdo con Perez Espejo (2008) “se reconoce que las actividades ganaderas emiten cantidades considerables de gases invernadero, dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), que contribuyen de manera importante al cambio climático. Los rumiantes, y en menor medida, los monogástricos emiten metano como parte de su proceso digestivo que involucra la fermentación microbiana de alimentos fibrosos.” Además, la ganadería es responsable del 37% de todo el metano producido a nivel mundial, este es un gas muy perjudicial que se origina en su mayor parte en el sistema digestivo de los animales.
Hacia una ganadería sostenible...
Se dice normalmente que la ganadería sostenible se centra en la conservación del agua. En veterinaria señalan que un bovino debe consumir entre un 10 y 15 % de su peso en agua. Es así como un macho que pesa 450 kilos, tendrá que ingerir por lo menos 60 litros de agua al día. Siendo el agua el elemento principal ¿Mejorar cómo? En un sentido básico: mantener un registro del uso del agua, detectar y reparar las fugas, utilizar sistemas de limpieza de alta presión para alojamientos y equipos, utilizar equipos adecuados para cada categoría de animal, garantizando la disponibilidad de agua.
En conclusión, la ganadería representa una de las mayores fuentes de contaminación, siendo uno de los sectores que más generan gases de efecto invernadero, además de ser reconocido como uno de los grandes responsables de los problemas medioambientales; para ello debemos crear conciencia y desarrollar soluciones sostenibles como utilizar métodos de conservación del suelo y el silvopastoreo como ganadería sostenible, además de mejorar la eficacia de los sistemas de riego y mejorar la dieta de los animales para reducir la fermentación intestinal y por consiguiente las emisiones de gas metano. En base a esto construir políticas públicas que regulen o disminuyan considerablemente las emisiones de gases contaminantes y el daño en general que se le provocan a uno de los pilares en los que se sostiene el planeta.
Comentarios
Publicar un comentario